Historia
La historia de Hamartia
Hamartia es una palabra antigua, con raíces en la tragedia griega. En la Poética de Aristóteles, hamartia representa el “error trágico”: esa pequeña falla humana —a veces por orgullo, otras por desconocimiento— que lleva a grandes consecuencias. Pero también es una metáfora poderosa: incluso las mejores intenciones pueden verse frustradas por hábitos ineficientes o decisiones no optimizadas.
En el mundo empresarial moderno, hamartia puede tomar la forma de procesos repetitivos, tareas manuales innecesarias o flujos de trabajo que consumen tiempo sin aportar valor real. No es un error malicioso, simplemente algo que se arrastra, que siempre “se ha hecho así”, hasta que alguien decide cambiarlo.
Ahí es donde entramos nosotros.
En hamartiaTec, ayudamos a las empresas a reconocer esos puntos ciegos y a superarlos. Automatizamos procesos tediosos, liberamos tiempo y energía, y permitimos que los equipos se concentren en lo que realmente importa: crear, innovar y hacer crecer su negocio. Convertimos lo repetitivo en eficiente. Lo manual en automático. Lo costoso en inteligente.
Creemos que cada sistema puede mejorar. Que cada minuto cuenta. Y que el verdadero progreso comienza cuando dejamos de repetir errores invisibles y empezamos a trabajar con eficiencia.
Humildad: el valor del peón negro
En hamartiaTec, creemos en la fuerza silenciosa de la humildad.
Nos vemos reflejados en la figura del peón negro del ajedrez: la pieza más pequeña, la más sencilla, la que no busca protagonismo. No es el primero en avanzar ni en recibir los aplausos. No tiene la gloria de la reina ni el poder del alfil. Pero está ahí, firme, cumpliendo su rol con disciplina y entrega. Sigue las órdenes del rey y lucha en el campo de batalla con determinación, sabiendo que su valor no está en brillar, sino en servir con propósito.
Ese es nuestro enfoque.
No venimos a figurar. No pretendemos ser los héroes de la historia. Venimos a ayudarte a ganar tu propia partida. Automatizamos lo que otros no quieren ver. Asumimos tareas que muchos subestiman. Trabajamos desde la sombra, donde la atención no llega, pero donde el cambio real comienza.
Ser humildes no significa ser pequeños. Significa entender que nuestro trabajo tiene sentido cuando ayuda a otros a avanzar. Como el peón negro, damos cada paso por algo más grande que nosotros: tu tiempo, tu eficiencia, tu crecimiento.
